viernes, 3 de febrero de 2012

Haciendo tortitas


El pequeño Luis de 6 años, decidió una mañana prepararle tortitas a sus padres para desayunar. Encontró un gran tazón y una cuchara, acercó una silla a la mesa, y trató de alzar el pesado paquete de harina para abrirlo. La mitad del paquete quedó desparramado entre la mesa, la silla y el suelo.
Tomó toda la que pudo con sus manitas y la puso dentro del tazón, despues le puso un poco de leche y azúcar haciendo una mezcla pegajosa que empezaba a chorrear por los bordes. Además habían ya pequeñas huellas de harina por toda la cocina dejadas por él.
Luis estaba totalmente cubierto con harina y estaba empezando a frustrarse. El quería darle una sorpresa a sus papás haciendo algo muy bueno, pero todo le estaba saliendo al revés. No sabía que más había que agregar a la pasta o si había que hornear  las tortitas, pues ni siquiera sabía como usar el horno.
Se dirigió a la mesa, pero por accidente derramó la botella de leche, cayeron al suelo los huevos que estaban sobre la mesa y se quebraron, intento agacharse para limpiar, pero se resbaló y quedó con toda su pijama pegajosa, llena de harina y de huevo.
En ese momento, vió a su papá de pie en la puerta. Dos grandes lágrimas asomaron a sus ojos. El solo quería hacer algo bueno, pero en realidad había causado un  gran desastre
Estaba seguro de que su papá lo iba a regañar y muy posiblemente castigarlo.
Pero su papá sólo lo miraba en medio de aquel desorden.
Entonces, caminando encima de todo aquello, tomó en sus brazos a su hijo que lloraba y le dio un gran abrazo lleno de amor, sin importarle llenarse él mismo de harina y huevo.
No olvidemos que lo más importante son nuestros hijos. Como madre de niños con TDAH sé lo difícil que a veces les resulta a nuestros hijos hacer coincidir sus intenciones con la realidad. Ójala que como padres podamos ver más allá de las circunstancias y veamos lo que hay en sus corazones, porque éso es lo más importante.

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