Un rabino judío decidió poner a prueba sus discípulos. ¿Qué
es lo que haríais, hijos míos, si os encontraseis un saco de dinero en el
camino? El primero meditó un momento y contestó:
-“Lo devolvería a su dueño, maestro”. Ha hablado muy
prontamente -pensó para sí el rabino-, me pregunto si será sincero.
El segundo discípulo dijo: "Si no me viera nadie, me
lo quedaría." Ha hablado con sinceridad -pensó el rabino-, pero no es
digno de confianza.
Finalmente, el
tercero dijo: "Probablemente tendría tentación de quedarme el dinero, por
eso rogaría a Dios que mediera fuerzas para resistir este impulso y actuar
correctamente." He aquí un hombre sincero en quien puedo confiar, concluyó
el rabino.
Hablando de las tentaciones el Pte. Kimball dijo que no podemos evitar que los pájaros ronden por nuestras cabezas...pero ¡¡sí podemos evitar que hagan nido en ella!!
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