domingo, 29 de abril de 2012

La educación: el arma más poderosa


‎Mi amiga Lourdes R. hoy ha compartido en su estado esta cita y ¡¡me encanta!!
"La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo. Es a través de la educación que la hija de un campesino puede llegar a ser médico, que el hijo de un minero puede llegar a ser cabeza de la mina, que el descendiente de unos labriegos puede llegar a ser el presidente de una gran nación. No es lo que nos viene dado, sino la capacidad de valorar lo mejor que tenemos lo que distingue a una persona de otra"

Nelson Mandela

sábado, 28 de abril de 2012

Bizcocho de limón

Esta es la receta del bizcocho de yogur de toda la vida, pero adaptada a la thermomix.

INGREDIENTES:
- 240 gr de harina
- 3 huevos
- 125 gr de yogur de limón
- 60 gr aceite de girasol
- 125 gr de azúcar (se puede poner un poco más si os gusta más dulce)
- 1 sobre de levadura
- La cáscara de un limón
- Mantequilla  para engrasar el molde

PREPARACIÓN:
- Ponemos en el vaso la cáscara de limón y la rallamos a velocidad máxima durante unos segundos
- Incorporamos al vaso los siguientes ingredientes (en ese orden): huevos, yogur, aceite, azúcar y levadura. Mezclar a velocidad 3-5-7.
- Ponemos la máquina a velocidad 3 e introducimos la harina lentamente. Después pasamos a velocidad 3-5-7
- Pasamos la masa a un molde engrasado previamente.
- Introducimos al horno, previamente calentado a 180º durante 20-25 minutos.

¡¡Buen provecho!!

jueves, 26 de abril de 2012

El sembrador de bellotas

En 1930 un joven viajero exploraba los Alpes Franceses. Llegó a una vasta extensión de tierra estéril. Estaba desolada. Era amenazante. Era horrible. Era el tipo de lugar del que uno sale huyendo de prisa.
Entonces, de repente, el joven viajero se detuvo sobre sus talones. En medio de este vasto desierto había un anciano encorvado. Sobre su espalda cargaba un saco de bellotas. En su mano había un trozo de tubo de hierro de metro y medio.
El hombre usaba el tubo de hierro para abrir agujeros en la tierra. Entonces, sacaba del saco que traía una bellota y la colocaba en el agujero. Luego, el anciano le dijo al viajero: “He sembrado más de 100,000 bellotas. Quizás tan solo una décima parte de ellas crecerán”. La esposa e hijo del anciano habían muerto, y esta era la manera como él había decidido invertir sus últimos años. “Quiero hacer algo útil”, dijo él.
Veinticinco años después, el ahora no tan joven viajero regresó al mismo paraje desolado. Lo que vio lo sorprendió. No podía creer lo que veían sus propios ojos. La tierra estaba cubierta con un hermoso bosque de tres kilómetros de ancho y ocho de largo. Las aves cantaban y los animales jugaban y las flores silvestres perfumaban el ambiente.
El viajero se quedó contemplándolo, recordando la desolación que alguna vez estuviese en su lugar; un hermoso bosque de robles ahora se levantaba allí -sólo porque alguien se interesó.


¿Acaso nosotros también estamos interesados en algo de valor? ¿Actuamos al respecto?
No nos cansemos de sembrar lo bueno... algún día germinará.

Cómo actuar ante malas contestaciones


Como siempre, Gloria ha hecho una magistral entrada en su blog mistdahfaviritas.blogspot.com,. Esta vez ha tratado el tema de las malas contestaciones, y aquí os pongo una parte. Espero que os resulte útil. ¡¡Gracias Gloria!!
Los niños, niñas y adolescentes con TDAH no siempre tienen un control sobre su conducta impulsiva, lo que no significa que tengamos que disculpar este comportamiento.

CÓMO ACTUAR
  • Cortar las primeras manifestaciones.

Como ya se ha indicado, las malas contestaciones comienzan muy pronto, posiblemente entre los 3 o 4 años de edad. Es el momento de prevenirlas y eliminarlas. No “le riamos la gracia”. Al contrario, de manera contundente y seria hagámosle saber a nuestro hijo o hija que no puede responder así. Si es necesario, tendremos que adoptar algún tipo de medida como, por ejemplo, retirarle algún privilegio por comportarse de esa manera. Cuanto antes lo cortemos, mejor.
  • Dar buen ejemplo.

Los niños aprenden por imitación. Por tanto, demos buen ejemplo cuando nos relacionemos con los demás miembros de la familia y, especialmente, con el niño/a: si nosotros no le damos malas contestaciones… probablemente él/ella, tampoco lo hará. Debemos corregirle, regañalarle o llamarle la atención, incluso de manera contundente, pero sin malas formas. Por otro lado, debemos enseñarle cómo debería responder o reaccionar adecuadamente en las situaciones en las que da malas contestaciones.
  • Evitar que se salga con la suya.

Procurar evitar que las malas contestaciones sean una forma de salirse con la suya. Enseñarle que cuando las utiliza, pierde la razóny no consigue lo que quiere.
  • No prestarle especial atención.

Después de haberle dejado claro que no es una forma aceptable de actuar, intentemos no prestarle especial atención. Simplemente actuemos: por ejemplo, con frases del tipo “ya sabes que cuando respondes mal pierdes la razón y no te atiendo” o similares. Por el contrario, cuando nos hable correctamente o cuando exprese sus quejas de manera adecuada, debemos reconocérserlo y reforzarlo de manera inmediata con elogios, gestos de afecto o con pequeños premios.
  • Adoptar otras medidas.

Si las malas contestaciones son un comportamiento habitual y arraigado debemos adoptar otro tipo de medidas. En primer lugar, haciéndole saber que no vamos a consentir esa forma de actuar y, en segundo lugar, adoptando algún tipo de penalización adecuada a su edad por responder así, como por ejemplo, la retirada de privilegios.
Resumen de las cinco medidas para actuar frente a las malas contestaciones:
  1. Cortar las primeras manifestaciones
  2. Dar buen ejemplo.
  3. Evitar que se salga con la suya
  4. No prestarle especial atención
  5. Adoptar otras medidas

martes, 24 de abril de 2012

Preguntas de Dios

Estas preguntas nos pueden ayudar a reflexionar sobre lo que es más importante:

Dios no te preguntará qué modelo de coche usabas;
…te preguntará a cuánta gente llevaste para ayudarla.
Dios no te preguntará los metros cuadrados de tu casa;
…te preguntará a cuánta gente recibiste en ella.
Dios no te preguntará la marca de la ropa en tu armario;
…te preguntará a cuántos ayudaste a vestirse.
Dios no te preguntará cuán alto era tu sueldo;
…te preguntará si vendiste tu conciencia para obtenerlo
Dios no te preguntará cuál era tu título;
…te preguntará si hiciste tu trabajo con lo mejor de tu capacidad.
Dios no te preguntará cuántos amigos tenías;
…te preguntará cuánta gente te consideraba su amigo.
Dios no te preguntará en qué vecindario vivías;
…te preguntará cómo tratabas a tus vecinos.
Dios no te preguntará el color de tu piel;
…te preguntará por la pureza de tu interior.

lunes, 23 de abril de 2012

Pan de plátano y nueces estilo "Calderón"

El domingo en casa de mi amiga Loli tuve la suerte de degustar esta deliciosa receta, así que aquí tenéis para que la podáis hacer vosotros también. ¡¡Buen provecho!!
INGREDIENTES:
- 75 gr. margarina
- 175 gr. azúcar
- 4 gr. ralladura de limón
- 1 huevo
- 150 gr. harina
- 75 gr. nueces finamente molidas
- 1 sobre de levadura
- 3 plátanos maduros hechos puré
- 50 gr. de nueces picadas (más grande que las otras)
 PREPARACIÓN:
Hacer una crema con la margarina. el azúcar y la ralladura de limón y añadir el huevo batido.
Mezclar la harina, las nueces molidas y la levadura. Añadir esta mezcla a la antes descrita, alternándola con el puré de plátanos y mezclando completamente los ingredientes después de cada adicción.
Agregar las nueces molidas y remover.
Verter la mezcla en un molde engrasado (de 22x 10 cm es ideal)
Hornear a 175ºC durante 50-60 minutos, hasta que adquiera un tono oscuro y que un pincho introducido en el centro de la masa salga limpio.
Desmoldar y dejar enfriar sobre una rejilla.

domingo, 22 de abril de 2012

El poder de un abrazo


Jackie Robinson fue el primer hombre de color que jugó en las ligas mayores de baseball en su primera temporada con los Dodgers de Brooklin.
Robinson se enfrentó con dificultades casi a donde quiera que viajaba. Algunos pitchers tiraban pelotas rápidas a su cabeza.
Los corredores lo injuriaban en las bases, frases brutales se escribían en tarjetas o dichas desde bancas de jugadores (dugouts) opuestas.
Aun la gente de casa en Brooklin lo veía como objeto de reproche (rechazo) durante un juego en Boston, los insultos raciales llegaron a un punto crítico.
Para empeorar la situación Robinson cometió un error y permaneció humillado en la segunda base mientras que los fans le gritaban insultos.
Otro Dodger, un sureño, hombre blanco, llamado Pee Wee Reese, pidió tiempo fuera, caminó desde su posición hacia la segunda base de Robinson, y con la multitud viéndole, puso su brazo alrededor del hombro de Robinson.
Los fans se callaron. Robinson más tarde dijo que el brazo sobre su hombro salvó su carrera.
A veces en la vida un pequeño gesto puede salvar una carrera, una profesión o el sueño roto de alguien.

jueves, 19 de abril de 2012

Niños y seguridad vial

He encontrado una página web con juegos para que los niños aprendan jugando las normas de seguridad vial. Nunca está de más que se familiaricen con ellas y así estén más protegidos.
http://ninosyseguridadvial.com/

Pleito a la Luz


He aquí que un día la oscuridad se percató de que la luz cada vez le estaba robando mayor espacio y decidió entonces ponerle un pleito. Tiempo después, llegó el día marcado para el juicio. La luz se personó en la sala antes de que lo hiciera la oscuridad.
Llegaron los respectivos abogados y el juez. Transcurrió el tiempo, pero la oscuridad no se presentaba. Todos esperaron pacientemente, pero la oscuridad no aparecía. Finalmente, harto el juez y constatando que la parte demandante no acudía, falló a favor de la luz. ¿Qué había sucedido? ¿Cómo era posible que la oscuridad hubiera puesto un pleito y no se hubiera presentado? Nadie salía de su asombro, aunque la explicación era sencilla: la oscuridad estaba fuera de la sala, pero no se atrevió a entrar porque sabía que sería en el acto disipada por la luz.
La luz es consciencia y sabiduría, en tanto que la oscuridad es ofuscación y estrechez de miras. Si te estableces en la sabiduría, ¿hay lugar para la ofuscación?
Tomado de “Cuentos Clásicos de la India” recopilados por Ramiro Calle

martes, 17 de abril de 2012

Qué hacer cuando tu hijo trae suspensos a casa

He leído un artículo muy interesante sobre cómo enfrentarnos  a la situación de que nuestros hijos traigan suspensos a casa. Es de Pablo Pascual Sorribas (Maestro, licenciado en Historia y logopeda) y lo leí en "solohijos.com". De verdad que no tiene desperdicio.

Las notas son un claro indicativo de cómo evoluciona tu hijo en el colegio. Es un papel importante que hay que saber leer e interpretar correctamente. Cuando viene cargado de suspensos o de notas decepcionantes, es un buen indicativo de que algo falla. No siempre es resultado del poco estudio de tu hijo. Hay otras variables que influyen y es importante que ante estas malas notas reflexiones junto a tu hijo y busquéis soluciones juntos.

Conductas muy frecuentes pero que resultan ineficaces e incluso perjudiciales.

  • Los grandes castigos y los grandes gritos. Muchos padres al recibir un informe académico desfavorable reaccionan amenazando a su hijo en medio de grandes gritos. Un padre que recurre a estos procedimientos no suele preocuparse de su hijo durante las 10 ó 12 semanas que dura una evaluación y se limita a llevarse el gran disgusto cuando llega el boletín con las notas.
    Evidentemente, los castigos y los gritos no son la manera más adecuada para encontrar las causas del fracaso y, por lo general, al llegar el siguiente informe, se repite la misma escena. Cuando esta situación es reiterativa, el estudiante se acostumbra a ella, aguanta con más o menos estoicismo los gritos de los padres, y al día siguiente sigue la vida como si nada. Lo triste es que la situación académica no mejora y la relación familiar se deteriora poco a poco.


  • Humillarle. Expresiones como: "Eres un vago", "No harás nada en la vida", "Que tonto eres", "Si yo hubiera tenido tus oportunidades...", y otras lindezas de este estilo no suelen dar buenos resultados, al menos en el plano personal, porque sólo humillan, pero no buscan soluciones. Conozco personas adultas que tienen una falta de seguridad en sí mismas por oír comentarios despectivos hacia su persona por parte de educadores que los querían estimular así hacia el estudio. Normalmente, si el estudiante no tiene motivación hacia el estudio es por algo. Decir que es un vago que no quiere estudiar es lo más fácil, pero lo menos eficaz porque, frecuentemente, no es cuestión de querer, sino de poder.


  • No hacer nada después de los grandes gritos. Olvidarse del hijo en cuanto se ha pasado el berrinche suele ser lo más frecuente, y lo peor es que queda abandonado a su soledad. El padre sigue tan absorbido por el trabajo personal, sus problemas o sus aficiones como antes y pensando que el éxito en los estudios es, únicamente, tarea del estudiante.


  • Para la gran mayoría de los estudiantes, estudiar es un trabajo duro. En estos tiempos tal vez más, porque elegir entre ir al cine y aprender a calcular el máximo común divisor o cómo funcionan las fuerzas físicas, no tiene vuelta de hoja. ¿Quién no elige ir al cine? Y en estos momentos el cine, en forma de televisión, está dentro de todas las casas. A veces, inmenso error paterno, incluso dentro de la habitación. No hace falta tener dinero ni sacar entradas. Basta aposentarse en el sofá y apretar un botón para ver la película favorita.
¿Qué se puede hacer ante los suspensos?


  • Si hay comunicación entre padres e hijos ha de haber sinceridad y aceptación de los hechos por parte de todos, en especial de los padres, para buscar las causas y los remedios.




  • Recomiendo a los padres que escuchen a sus hijos. Seguro que éstos tienen mil razones por las que no les va bien en los estudios. No es el momento de evaluarlas sobre la marcha, ni de echar sermones, ni de decir que son excusas baratas. Es el momento de leer entre líneas los mensajes que el hijo envía, a veces camuflados, para tratar de averiguar por qué le gusta tan poco estudiar.




  • La verdad es que encontrar estas causas no es fácil y menos hacerlo los padres solos. El problema del éxito escolar es complejo ya que es un tema donde influyen mucho las relaciones humanas y éstas son una asignatura difícil.
  • La ayuda de los maestros suele ser muy valiosa siempre que los padres vayamos a ellos con una actitud adecuada. Los profesores no tienen una varita mágica que asegure el éxito de sus estudiantes. Pero sí tienen datos del rendimiento del muchacho y observaciones de su comportamiento en clase. Ellos dan su versión, que nunca puede ser objetiva del todo, pero es muy importante. Después, los padres, hemos de hacer los deberes a que nos hemos comprometido. Porque de nada sirve hacer muchas visitas a los tutores si, cuando salimos de la entrevista, no rematamos la tarea en casa. Es como ir al médico y no tomar las medicinas.


  • Proporcionar técnicas de estudio: Muchos fracasos escolares sólo esconden una falta de habilidad para el estudio, que se puede solucionar con la ayuda extraescolar de un profesional que, individualmente, le enseñe a estudiar y le proporcione los conocimientos necesarios para cubrir las "lagunas" que seguramente tiene. Con frecuencia, el fracaso de un alumno se debe exclusivamente, por ejemplo, a un problema concreto de lectura.


  • Tener clara la vocación profesional es la principal fuente de motivación del adolescente, por lo que es fundamental ayudarle a decidir la carrera o profesión que quiere estudiar. En este sentido, una buena orientación profesional puede dar buenos resultados.


  • Dar responsabilidades a los hijos en casa desde que son pequeñitos. La experiencia escolar demuestra que los alumnos que colaboran en casa responsablemente - ponen la mesa, sacan la basura, se hacen la cama, riegan las flores, ayudan a limpiar...-, suelen tener más éxito en los estudios que aquellos que no hacen nada. En este aspecto también se cumple aquello de que "dinero llama a dinero", "trabajo llama a trabajo" y... "pereza llama a pereza".


  • Ayudar a los hijos a hacer los deberes en casa, valorando el trabajo individual que nuestro hijo ha de hacer fuera de la escuela. Enséñale a apuntar las tareas en la agenda con precisión, a organizar el tiempo en casa (hacer horarios con tiempos de estudio y de descanso), proponerse metas cortas ...
Un estudiante pocas veces admite que no es capaz de sacar adelante una asignatura. Su orgullo y su amor propio le impiden reconocer su falta de habilidad para el estudio o su falta de conocimientos previos necesarios (lo que se conoce como "lagunas") para seguir aprendiendo, por lo que prefiere dar la imagen de vago antes que reconocer otros problemas, ya sean emocionales o intelectuales. Los padres, que somos los adultos responsables que tiene a su lado para ayudarle, debemos tener el temple suficiente para ofrecer a nuestro hijo ayudas y alternativas racionales que le permitan desarrollarse como persona.

 

Aprender a pensar


Sir Ernest Rutherford, presidente de la Sociedad Real Británica y Premio Nobel deQuímica en 1908, contaba la siguiente anécdota. Hace algún tiempo, recibí la llamada de un colega. Estaba a punto de poner un cero a un estudiante por la respuesta que había dado en un problema de física, pese a que este afirmaba con rotundidad que su respuesta eraabsolutamente acertada. Profesores y estudiantes acordaron pedir arbitraje de alguien imparcial y fui elegido yo. Leí la pregunta del examen y decía: Demuestre cómo es posible determinar la altura de un edificio con la ayuda de un barómetro. El estudiante había respondido: lleva el barómetro a la azotea del edificio y átale una cuerda muy larga. Descuélgalo hasta la base del edificio, marca y mide. La longitud de la cuerda es igual a la longitud del edificio.
Realmente, el estudiante había planteado un serio problema con la resolución del ejercicio, porque había respondido a la pregunta correcta y completamente. Por otro lado, si se le concedía la máxima  puntuación, podría alterar el promedio de su año de estudios, obtener una nota más alta y así certificar su alto nivel en física; pero la respuesta no confirmaba que el estudiante tuviera ese nivel.
Sugerí que se le diera al alumno otra oportunidad. Le concedí seis minutos para que me respondiera la misma pregunta pero esta vez con la advertencia de que en la respuesta debía demostrar sus conocimientos de física. Habían pasado cinco minutos y el estudiante no había escrito nada.
 Le pregunté si deseaba marcharse, pero me contestó que tenía muchasrespuestas al problema. Su dificultad era elegir la mejor de todas. Me excusé por interrumpirle y le rogué que continuara. En el minuto que le quedaba escribió la siguiente respuesta: coge el barómetro y lánzalo al suelo desde la azotea del edificio, calcula el tiempo de caída con un cronometro. Después se aplica la formula altura = 0,5 por A por T2. Y así obtenemos la altura del edificio. En este punto le pregunté a mi colega si el estudiante se podía retirar. Le dio la nota más alta.
Tras abandonar el despacho, me reencontré con el estudiante y le pedí que me contara sus otras respuestas a la pregunta. Bueno, respondió, hay muchas maneras, por ejemplo, coges el barómetro en un día soleado y mides la altura del barómetro y la longitud de su sombra. Si medimos a continuación la longitud de la sombra del edificio y aplicamos una simple proporción, obtendremos también la altura del edificio. Perfecto, le dije, ¿y de otra  manera? Sí, contestó, este es un procedimiento muy básico para medir un edificio, pero también sirve. En este método, coges el barómetro y te sitúas en las escaleras del edificio en la planta baja. Según subes las escaleras, vas marcando la altura del barómetro y cuentas el número de marcas hasta la azotea. Multiplicas al final la altura del barómetro por el numero de marcas que has hecho y ya tienes la altura. Este es un método muy directo. Por supuesto, si lo que quiere es un procedimiento más sofisticado, puede atar el barómetro a una cuerda y moverlo como si fuera un péndulo. Si calculamos que cuando el barómetro está a la altura de la azotea la gravedad es cero y si tenemos en cuenta la medida de la aceleración de la gravedad al descender el barómetro en trayectoria circular al pasar por la perpendicular del edificio, de la diferencia de estos valores, y aplicando una sencilla formula trigonométrica, podríamos calcular,   sin duda, la altura del edificio. En este mismo estilo de sistema, atas el barómetro a una cuerda y lo descuelgas desde la azotea a la calle. Usándolo como un péndulo puedes calcular la altura midiendo su periodo de precesión. En fin, concluyó, existen otras muchas maneras. Probablemente, la mejor sea coger el barómetro y golpear con él la puerta de la casa del conserje. Cuando abra, decirle: señor conserje, aquí tengo un bonito barómetro. Si usted me  dice la altura de este edificio, se lo regalo. En este momento de la conversación, le dije si no conocía la respuesta convencional al problema (la diferencia de presión marcada por un barómetro en dos lugares diferentes nos proporciona la diferencia de altura entre ambos lugares). Evidentemente, dijo que la conocía, pero que durante sus estudios, sus profesores habían intentado enseñarle a pensar.
El estudiante se llamaba Niels Bohr, físico danés, premio Nobel de Física en 1922, más conocido por ser el primero en proponer el modelo de átomo con protones y neutrones y los electrones que lo rodeaban. Fue fundamentalmente un innovador dela teoría cuántica. Al margen del personaje, lo divertido y curioso de la anécdota, lo esencial de esta historia es que le habían enseñado a pensar. ¿Hacemos lo mismo con nuestros niños y jóvenes?

sábado, 14 de abril de 2012

El "deber"


El Pte. Monson dijo en esta última conferencia algo que me ha encantado: "Cuando pienso en la palabra deber y en cómo el llevar a cabo nuestro deber puede enriquecer nuestra vida y la de los demás, recuerdo las palabras de un famoso poeta y autor:
Dormía y soñaba
que la vida no era más que alegría.
Me desperté y vi
que la vida no era más que servir.
Actué, y he aquí,
el servir era alegría

(Rabindranath Tagore, en William Jay Jacobs, Mother Teresa: Helping the Poor, 1991, pág. 42)".