Dicen los chinos: árbol plantado con amor, ningún viento lo derrumba. Una verdadera amistad también es así. Cultivémoslas con mimo y cuidado.
Quien planta árboles, crea raíces. ¡Quien cultiva buenos amigos, también!
Los árboles, como los amigos, producen belleza para los ojos y los oídos, en el cambio sutil de sus colores y sonidos.
El árbol es sombra protectora, como los amigos; sombra que cambia con el día, que avanza y hace variados reflejos de luz semejantes a las estrellas …
Los árboles son sinónimo de eternidad. Y una verdadera amistad también es ¡para siempre!
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