A principios de los años 30, unos trabajos de acondicionamiento de las orillas del río Chao Phraya, cerca del barrio chino de Bangkok, requirieron la destrucción de un viejo templo abandonado que contenía una estatua de Buda en estuco dorado. Como era impensable destruir la estatua, a pesar de su aspecto poco atractivo, se decidió trasladarla al Wat Traimit, una pagoda de poca relevancia, como hay tantas en la ciudad, y porque estaba en el barrio chino. El templo no tenía edificio apto para almacenarla, y la estatua estuvo 20 años en el exterior, bajo un simple techo de chapa.
En 1955, debía construirse un nuevo edificio, y los monjes decidieron instalar allí la estatua. Una grúa tenía que desplazarla con precaución, pero desafortunadamente cedió un cable y la estatua cayó en el barro. Este mal presagio asustó a todo el mundo, y después de una fuga multitudinaria, la estatua quedó abandonada en el suelo. Era la estación de las lluvias, y como para dar la razón a los malos augurios, una formidable tormenta se desencadenó toda la noche, anegando la ciudad bajo trombas de agua.
Al alba, el superior de la pagoda volvió a pesar de todo a evaluar los daños, y empezó a quitar los restos de barro de la estatua, observando que el estuco mojado estaba agrietado y dejaba ver un metal brillante. Tras algunas indagaciones se apercibió que bajo el estuco, la estatua era de oro macizo. Esta noticia dio la vuelta a la ciudad, asegurando al templo una fama, una riqueza y un incremento en las visitas nunca más disminuida.
Si en algunos momentos de la vida "caemos" y "nos llenamos de barro", no debemos olvidarnos que el verdadero valor está en nuestro interior. Incluso, a veces esas dificultades de la vida,hacen que mejoremos tanto, que nuestro valor se ha incrementado!!
si, el verdadero valor esta dentro por que es maciza no? :)
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