En 1955, debía construirse un nuevo edificio, y los monjes decidieron instalar allí la estatua. Una grúa tenía que desplazarla con precaución, pero desafortunadamente cedió un cable y la estatua cayó en el barro. Este mal presagio asustó a todo el mundo, y después de una fuga multitudinaria, la estatua quedó abandonada en el suelo. Era la estación de las lluvias, y como para dar la razón a los malos augurios, una formidable tormenta se desencadenó toda la noche, anegando la ciudad bajo trombas de agua.
Al alba, el superior de la pagoda volvió a pesar de todo a evaluar los daños, y empezó a quitar los restos de barro de la estatua, observando que el estuco mojado estaba agrietado y dejaba ver un metal brillante. Tras algunas indagaciones se apercibió que bajo el estuco, la estatua era de oro macizo. Esta noticia dio la vuelta a la ciudad, asegurando al templo una fama, una riqueza y un incremento en las visitas nunca más disminuida.
Si en algunos momentos de la vida "caemos" y "nos llenamos de barro", no debemos olvidarnos que el verdadero valor está en nuestro interior. Incluso, a veces esas dificultades de la vida,hacen que mejoremos tanto, que nuestro valor se ha incrementado!!
si, el verdadero valor esta dentro por que es maciza no? :)
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